19 de agosto de 2011

UN IDEAL HECHO REALIDAD

Amparo Chinome, grado 9º B
Miguel…, pero el niño de cuarto grado que siempre se ha destacado por sus producciones literarias creando pequeñas ficciones, se divertía escribiendo y componiendo. En una clase de Español, en  que la maestra hablaba sobre el día del idioma, el fantasioso niño fijó su mirada hacia la ventana y vió el reflejo del famoso Miguel de Cervantes Saavedra. Desde aquel momento, Miguelito se inquietó por saber la vida y obra de este escritor, buscó hasta lo más profundo de la historia y se encontró con su obra insigne “El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha”, quedando cautivado por el contenido literario y la majestuosidad de los personajes retratados en cada uno de los renglones dorados producto de la inspiración de Cervantes.

Se adentró tanto en un desesperado afán por leer cada una de las obras, pero se identificaba con los personajes de Don Quijote, se reía a carcajadas con las ocurrencias que tenía este particular hombre y con lo ingenuo que era su fiel acompañante, disfrutaba las aventuras del  valiente caballero andante, en su caballo Rocinante, quien en su constante búsqueda del amor encontró a Dulcinea del Toboso, quien le despertó el ímpetu para enfrentar mil aventuras, que aunque producto de su imaginación,  reafirmaron su locura.

Miguelito quiso parecerse tanto a Cervantes, decidió hacer varios intentos, arrancaba hojas y hojas, leía y leía, escribía y escribía, hacía y deshacía, ese era su método. Cuando su obra quedó lista y la mostró a su profesora de redacción, ella quedó impresionada, pues ninguna de sus anteriores creaciones había sido tan impecable. Ganó el concurso de su colegio, participó en otros, donde demostró su creatividad e ingenio. Desde entonces fue bautizado el Miguel de Cervantes de su institución.

MARÍA AMPARO CHINOME
9B
2011

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