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Inés Pérez, Docente |
Profesora María Inés Pérez Martínez: Con satisfacción presento este cuento de tantos que recibí de los niños quienes emocionados se dedicaron a escribir; ejemplo de creatividad encontrado en los jóvenes de la I.E. CASILDA ZAFRA DE SANTA ROSA DE VITERBO.
EL AMOR “ESPERMATOZOIDE”
Espermatozoide era un pequeño que vivía en el país Testículo del planeta Hombre. “Espermat” como le llamaban sus amigos con cariño, nunca fue el mejor de la escuela: nunca aprendió a sumar, y menos a multiplicar; pero eso sí, en lo que nadie le ganaba era en las clases de Educación Física; movía su larga cola como nadie lo hacía logrando alcanzar grandes velocidades. Su cabeza era fuerte y dura.
Después de un tiempo llegó el rumor de que en el país Ovario del planeta Mujer, vivía una hermosa chica llamada óvulo. Era tanta la belleza de aquella mujer que la tenían siempre dentro de una cápsula muy segura para que solo el más fuerte pudiera tenerla.
En el país Testículo, todos estaban obsesionados por aquella chica, pero nadie como Espermat quien había logrado conseguir una fotografía de ella; guiado por su amor hizo muchas averiguaciones sobre ella y se enteró de que trasladarían a Óvulo hasta un lugar donde ya nadie podría alcanzarla y que irían por un sendero llamado las Trompas de Falopio - era allí donde Espermat quería alcanzarla –
Para poder ir al planeta mujer, tenía que esperar a que hubiese un eclipse de amor, momento en el cual se juntarían por algún tiempo el planeta Hombre y el planeta Mujer. Después de una larga espera, al fin ocurrió el tan anhelado eclipse de amor y Espermat logró introducirse en el planeta mujer y quería llegar cuanto antes a la meta, pero no crean: el no iba solo: cientos de sus amigos de su colegio y vecinos le acompañaban. El camino era largo y tortuoso; muchos de ellos murieron en el trayecto pero Espermat seguía luchando aunque sentía que ya no podía más.
Justo en el momento en el que se sentía tan cansado apareció Ovulo en su cápsula que era mucho más fuerte de lo que él pensaba. No se daría por vencido: tomó impulso y preparó su cabeza y arrancó en dirección hacia su amada Óvulo; movió su cola como jamás lo había hecho hasta que al fin hizo contacto rompiendo la cápsula; En el impacto perdió su cola pero no le importaba: - estaba con su amada- Hizo rápidamente un fuerte cerco con materiales del camino para que nadie pudiera llegar hasta ella.
Cuenta la leyenda que era tanto el amor entre ellos que el destino los premió convirtiéndolos en un nuevo planeta llamado bebé.
Autora: Laura Estefanía Giraldo Cruz
Grado 9º